En mis manos de veinte años en la mina,
he sufrido todo tipo de calamidades,
mis hijos, mi mujer y mi madre, ha llorado
hasta secarsele el lagrimal de los ojos
pero ahora cuando veo a tatas mujeres
maltratadas y asesiadas pienso mi dolor
no tiene comparación con lo que padecen estas
personas a las que tanto debemos los hombres.
Muchos mineros se dejan la vida arañando con
sus manos las entrañas de la tierra pero también
hay hombres que con esas mismas manos golpean
y asesinan a sus compañeras.
Hombres de Andújar, de Jaén y de Andalucía,
Juntémonos todos y gritemos contra este crimen
y aislemos y marginemos a todo aquel que se atreva
a levantar una mano contra nuestras hijas,
NUESTRAS MUJERES O NUESTRAS MADRES Y ABUELAS